martes, 8 de mayo de 2007

Manolo García en Lima


Voz gitana, guitarra española, poesía hecha canción! Son las palabras que resumen la magistralidad de las canciones de Manolo García, ex voz de "El último de la Fila".

Cómo podría yo perderme este único concierto en Lima. Aunque, somos contadas las personas que disfrutamos de la música de Manolo, esta ocasión no la perdería ni por todo el oro del mundo, agradeciendo a Dios por la oportunidad que tenemos de que Manolo pueda estar en Lima.

Compré mis entradas casi con un mes de anticipación, con la idea de poder disfrutar el doble acompañada de mi esposo. Lo único que tenía que cuidar era que mi pequeña Celeste de 3 años se quedara durmiendo en casa, tranquilita y sin preocupaciones.
Como la hora de inicio del concierto era a las 9:30 p.m., lo más probable era que Celeste se quedara dormida, como siempre, alrededor de las 8:00 p.m.

Llegó el día esperado. Llegué a casa después del trabajo, feliz de compartrir con mi Celeste, jugar con ella, y de saber que, cuando el día terminara para ella y agarrara sueño, yo iría al concierto de Manolo García. Trancurrieron laz horas. Eran las 9:00 p.m. y mi Celeste no presentaba visos de sueño, y mi esposo, no llamaba ni menos llegaba. Qué hacer?

Jugando con celeste, pensando en Manolo y en las lindas canciones que escucharía, de pronto, casi a las 10:00 p.m., mientras Celeste seguía jugando, despierta como nunca, decidí alistarme para partir. Decidí que le explicaría a Celeste el motivo de mi salida, el porqué ella no podría acompañarme y de que regresaría muy pronto. La mamita que la cuida aceptó gustosa quedarse con mi Celeste. Y Celestito también aceptó de buena gana.

Partí a las 10:15 p.m., como en busca del tesoro más preciado. Felizmente mi pequeña Celeste se quedó tranquila, como dándome permiso. Tomé un taxi que me cobró S/. 15.00 nuevos soles hasta el Centro de Convenciones del Hotel María Angola. Y, como mi esposo no llegó, pensaba en cambiar mis dos entradas generales por una preferencial. Al llegar, nada, en la boletería no me quisieron cambiar, ni comprar ni aceptar cualquier forma de devolución del billete que me sobraba. ¡Y el concierto ya había empezado hace media hora! La desesperación hizo presa de mí. Felizmente, atiné a pararme un momento muy cerca de la puerta. Al instante se me acercó un tipo y me preguntó si tenía entradas. Le dije que tenía una. Al instante, me ofreció S/. 50.00 nuevos soles por ella. Acepté, aunque dudando un poco de la autenticidad del billete.

Luego, entré corriendo al auditorio, ansiosa y feliz, ante la atenta mirada de los mastodontes de seguridad. Ya adentro, todo era magia, se escuchaba la voz de Manolo García en una de sus adorables canciones. De inmediato, me sumé al grupo de jóvenes que cantaba, bailaba y disfrutaba de esa incomparable música. Me olvidé de mi ronca voz y de mi malestar bronquial. Canté todas las canciones y me emocioné mucho. Cada vez que parecía que ya terminaba el concierto... otra vez Manolo. Música y magia por siempre.

En verdad, me quedé con ganas de seguir disfrutando tantas bonitas canciones que danzan siempre en mi cabeza; y es que, todas las vicisitudes que tuve que pasar este día mellaron mi alma.
Por siempre, Manolo. Olé!

PD. Ahora, sólo espero llegar a España, una vez más, para asistir a un concierto de Manolo García desde antes de que empiece, para no perderme un segundo de su perfomance.