miércoles, 10 de octubre de 2007

Libros al alcance de más peruanos


Acabo de leer hoy con muchísima alegría que el arancel para la importación de libros será eliminado. Parece de cuento pero es verdad, por cuanto lo acaba de anunciar el Ministro de Economía, Luis Carranza, durante su interpelación de hoy en el Congreso.


Qué paradójico. Se presentó en el Congreso como castigado para responder preguntas, y hace este excelente anuncio. Con esto la oportunidad de que los peruanos podamos leer más es inminente. Y el motivo de mi alegría es doble por cuanto soy una acérrima compradora y lectora de libros y hace ya algunos años que siento el no poder comprar más libros. Mi pequeña Celeste de 4 añitos acompaña mi gusto por la lectura y también para ella adquiero libros cada mes, y siento mucho el postergar la compra de algunos bellos libros que ya quisiera que ella tuviera entre sus manitos.


Y es que los libros en el Perú no son baratos. La única alternativa con que contamos es acudir a las diveras Ferias de libros que se realizan en Lima a fin de poder acceder a la maravilla de libros que produce el mundo.


Como bibliotecóloga mi alegría es doble, ya que más personas podrán encontrar más libros buenos y baratos, las bibliotecas se aprovisionarán de más libros y habrá más qué leer; se podrá adquirir más libros y se promoverá la creación de más bibliotecas.


Con experiencia, puedo afirmar que la aventura de leer nos hace conocer nuevos mundos, pensamientos, personajes, hechos reales y fantásticos y tener la oportunidad de encontrar caminos interesantes para nuestros intereses de vida y con ello mejorar nuestra calidad de vida y aspirar a contribuir a que este mundo sea mejor.





Lima de hoy

Siempre tengo la sensación de que la época en que me ha tocado vivir aquí en Lima es muy difícil por cuanto todo se ha deshumanizado y el trato que vemos entre las personas es totalmente frío, desconsiderado y muy injusto.



Esta impresión la tengo desde que empieza el día y al pasar por diversos espacios, haciendo que los quehaceres del día se vean ensombrecidos, al tener que pensar en mi familia y en las vicisitudes que tendrán que enfrentar el día a día.



Me he preguntado siempre de lo poderoso que puede ser el que todas las personas tengan la capacidad de empatía, o sea la facultad de ponerse en los zapatos del otro a fin de comprender mejor una situación y no juzgar.

Todos corren y nadie se detiene a mirar un rato a su costado.

Y es que las necesidades mismas de la vida han deshumanizado a muchos.