martes, 6 de enero de 2009

Lejos y cerca

No puedo dejar de sentirme conmovida por la violencia que se vive actualmente en Gazza, el solo imaginar que muchos inocentes niños están pagando con sus vidas las terribles consecuencias de los actos de los mayores, me abruma.



Y es que, cuando uno es niño, todo nuestro mundo lo sentimos protegido por un velo invisible cuyos límites son nuestra familia y todos los que nos quieren. Y todo lo que hacemos es vivir y jugar con confianza, sabiendo que los nuestros velan por nosotros.



No puedo imaginar de pronto, algo tremendo que de por sí cae en medio nuestro y nos hace tanto daño. Me imagino pasar a un sueño, pero a un sueño terrible al cual nunca debimos entrar porque nuestras pequeñas personitas no tienen capacidad de discernir, de preveer, de adivinar las cosas malas que, de pronto, puedan afectarlos.



La indiferencia ante esto, es lo peor que podemos ver y sentir en la humanidad. Y eso es lo que vemos actualmente.



Mi pobre corazón se estruja de sólo pensar que estoy viviendo esta época y no puedo hacer nada por remediar esta situación. La violencia es descarnada y revive momentos antiguos de épocas idas, de los que sólo existen evidencias en los libros.



Porqué un libro tan bello puede contener historias tan indignantes



Y es que el hombre no es lo perfecto en la tierra, y es que el hombre hace depender y cambiar muchas cosas siempre.



Sólo nos queda el querer y estar dispuesto a cambiar el mundo, siempre. Y ello se convertirá en el motor que impulse nuestras acciones.







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